Alfredo Egia Vigneron es la evolución de este viticultor encartado que, tras más de 20 años dedicándose a la producción de txakoli, ha decidido orientar su futuro decididamente hacia la vitivinicultura regenerativa y de mínima intervención, convencido de que esta es la manera más real y coherente de concluir todos sus años de trabajo y experiencias acumuladas.

El hecho de trabajar las viñas con dosis mínimas de fitosanitarios, cero herbicidas y siempre favoreciendo la implantación de vida microbiana en las viñas, así como una elaboración sin utilización de sulfitos ni cualquier otro tipo de intrante enológico, le ha supuesto tomar un camino diferente y de total independencia en cuanto al estilo de los vinos más estandarizados dominantes en el mercado.

Sus cosechas ahora son más cortas que en su anterior etapa; no obstante, ha conseguido ocupar un lugar en cuanto a su implantación a nivel exterior, con exportaciones que superan el 90% de su producción, principalmente a mercados florecientes que muestran verdadero interés por vinos naturales que reflejen terruños especiales.

Rebel Rebel

En torno a 1300 botellas procedentes de 2 hectáreas de viñedo de bajísima producción, sin ningún tratamiento de síntesis. 80% Hondarrabi Zerratia (Petit Courbu) y 20% Izkiriota Txikia (Petit Manseng). Prensado de uva entera y fermentación espontánea en barrica usada donde permanece un año antes de madurar otro año más en depósito, sin sulfitos añadidos. Un vino potente y muy complejo donde cada añada expresa naturalezas diferentes.

Izaki

Rondando las 3500 botellas procedentes de 2 hectáreas con formación en lira. 70% Hondarrabi Zerratia y 30% Hondarrabi Zuri, viñas de baja producción y gran exposición foliar. Prensado de uva entera y fermentación espontánea sin sulfitos, en barrica usada 30% y depósito de inoxidable 70%. Tras la fermentación, que suele acabar un año después, se realiza el coupage para ser posteriormente embotellado con una mínima adición de sulfitos.